SENDERISMO GRUPO L´ANDADA


DE SOS DEL REY CATÓLICO

A PETILLA DE ARAGÓN


Sábado 13 de Abril de 2013


SALIDAS: 7’00 h. Gómez Laguna (junto a las Ménades).

7’15 h. Paseo María Agustín, Nº20 (Museo Pablo Serrano)

7’30 h. Valle de Broto (lado Toc-Toc).


La excursión dará comienzo en el Parador de Sos y se recorrerá el tramo de la GR-1 que termina en Petilla de Aragón. La EXCURSIÓN CORTA (completamente llana) recorrerá 4’5 Km. de ida y se retornará a Sos por el mismo camino, vigilados por la Sierra de Leyre. Después se dejará tiempo libre hasta las 13 horas para visitar este bonito pueblo.

La EXCURSIÓN LARGA, se prolongará a través de un precioso bosque salpicado de boj, pino y roble hasta Petilla de Aragón, pueblo al que se accede por una fuerte pero corta pendiente desde la carretera que muere en el pueblo. RECORRIDO TOTAL: 16 Km. Es conveniente llevar pantalón largo, manga larga y bastón porque las sendas del bosque están bastante cerradas.

La comida tendrá lugar en el Hotel Latorre de Liédena (de tan gratos recuerdos gastronómicos) alrededor de las 14’45 y por la tarde se visitará el Monasterio de la Oliva en la localidad de Carcastillo.

Debido al difícil acceso del autobús a Petilla, no se podrá fletar el autobús de 68 plazas, por lo que las plazas para esta excursión serán LIMITADAS a 56. Fletar otro autobús dependerá de las plazas que nos permitan en el restaurante.


*** Inscripciones hasta el día 11 de Abril, MARTES Y JUEVES de 11 a 13,30


Teléfonos: 976-707639 / 976-707592 ó en Portillo

(Final del pasillo a la Dcha. de los ascensores)


*TELÉFONO DE CONTACTO: 649-981 546

(sólo para el día de las excursiones)


Tendrán preferencia en la reserva de plazas los FEDERADOS Y SOCIOS DE LA CULTURAL hasta el Martes 26 de Marzo. LOS ASIENTOS SE ADJUDICARÁN POR RIGUROSO ORDEN DE PAGO


EL CD DE LA EXCURSION SERÁ: “Música para escuchar con los ojos cerrados”

El que se borre después de las 12 horas del Jueves 6 de Abril, deberá abonar el billete del Bus.

BUS + COMIDA PRECIOS: SOCIOS: 30 .

NO SOCIOS: 35 €.

INGRESOS: EN METALICO EN PORTILLO PLANTA BAJA.

HAY UN INFORMADOR 976 70 76 39 EN DONDE SE ADELANTARA LO MÁS POSIBLE

LA FECHA DE ACTIVIDADES Y EXCURSIONES Ó EN LA PÁGINA WEB DE LA CULTURAL:

El Gobierno de Navarra nombra comisión gestora en Petilla de Aragón

En Petilla de Aragón resultó electo ( el 22 de mayo de este año) Miguel Ángel Rodríguez Pérez. El Gobierno de Navarra evacuó una consulta a la Junta Electoral Central para resolver la cobertura de la corporación municipal y la Junta emitió una resolución del 15 de junio pasado, en la cual, a tenor de los dispuesto en el artículo 182 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General y como el número de elegidos fue inferior al mínimo legal de tres, procede el nombramiento de una comisión gestora formada por el edil electo y dos personas.

En este sentido, dos vecinos de la localidad –José María Abadía Sánchez y Daniel Falces Rived- han manifestado en sendos escritos dirigidos a la Dirección General de Administración Local del Gobierno de Navarra su disposición a formar parte de la comisión gestora de la localidad, para lo que han sido nombrados junto al electo Miguel Ángel Rodríguez, que ostentará la condición de presidente de este órgano.

Fuente: www.navarra.es

Fallados los premios del IX certamen Petilla de Aragón

El jurado del certamen 'Petilla de Aragón, un enclave navarro para conocer e investigar' ha fallado los premios de la novena edición del concurso, con los que distingue a los mejores trabajos artísticos y escritos realizados por estudiantes y jubilados sobre la localidad natal, la vida o la obra de Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906.

Los premios se concederán este sábado en el transcurso de un acto que tendrá lugar en la casa museo de Ramón y Cajal, en Petilla de Aragón. Está previsto que asistan la directora general de Ordenación, Calidad e Innovación, Teresa Aranaz, y el alcalde del municipio, Paulino Rived. El primer premio de cada modalidad está valorado con 350 euros y el segundo con 250 euros.

En categoría a la mejor obra artística dirigida a estudiantes, se han concedido dos primeros premios. Uno de ellos ha recaído en el grupo formado por Irene Candelas, Saioa Górriz y Jonathan Sandoval, del colegio Amor de Dios, de Burlada, por una maqueta de la habitación del médico navarro, y el otro, en el equipo compuesto por Maite Elizondo, Leyre Molinares, Gorka Oroz y Patxi Barreneche, también del mismo centro, por una maqueta de la iglesia de San Millán.

En esta misma modalidad, se han concedido cuatro segundos premios, todos ellos a equipos pertenecientes al colegio Amor de Dios: el formado por Faisal Biurrun, Alejandro Carazo, Ainhoa de Paz y Naroa Rodríguez, por un cuadro de Ramón y Cajal; el compuesto por David Hernández, Andrea Miguel y Elisa Ramírez, por un dominó de Petilla de Aragón; el integrado por Teresa Jones, Nicool Maza y Yamilex Maza, por un juego cultural interactivo, y el constituido por Patricia Aguilar, Álvaro Galera y Kevin Malla, por un portafotos.

Asimismo, se han otorgado dos segundos premios ex aequo a Amaia Zulet, del colegio Santa Teresa de Pamplona, por las pinturas "Ramón y Cajal" y 'Color de primavera en Petilla', y a Lara Compains, del instituto Basoko de Pamplona, por una pintura de la localidad natal del premio Nobel de Medicina.

Por otro lado, en la modalidad de mejor trabajo escrito dirigida a estudiantes, se ha concedido un segundo premio a Andrea Castro, del colegio Santo Tomás de Pamplona, por el texto titulado 'Lazos humanos' y, en la categoría de mejor obra artística dirigida a jubilados y prejubilados, ha resultado premiado Roberto Sucunza por una pintura sobre Petilla de Aragón.

El jurado ha estado presidido por el alcalde del municipio, Paulino Rived, e integrado por tres representantes del Departamento de Educación, Javier García, Ana Bernal y Sergio González. El secretario de Petilla de Aragón, Juan Carlos González, ha actuado como secretario del tribunal.


Fuente: www.diariodenavarra.es

Abierta la convocatoria del certamen “Petilla de Aragón”


Dirigido a estudiantes y jubilados, premia las mejores obras artísticas y escritas sobre la localidad natal, la vida o la obra de Ramón y Cajal.


La convocatoria del noveno certamen “Petilla de Aragón, un enclave navarro para conocer e investigar” está abierta hasta el próximo 1 de abril. En él pueden participar los alumnos y alumnas que cursan sus estudios en los centros educativos de la Comunidad Foral, así como aquellas personas que se encuentran jubiladas o prejubiladas.

El concurso tiene por objeto dar a conocer la historia de la villa y del premio Nobel de Medicina, Santiago Ramón y Cajal, oriundo del municipio. Para ello, premiará las mejores obras artísticas y escritas relacionadas con la localidad natal, la vida y la obra del médico navarro. Se han establecido cuatro modalidades:

- Premios a las mejores obras artísticas (dibujos, collage, esculturas, fotografías) sobre cualquier aspecto relacionado con el municipio de Petilla de Aragón (paisaje, arte, flora), para el alumnado de 5º y 6º de Primaria y de 1º y 2º de Secundaria.

- Premios a los mejores trabajos escritos, originales e inéditos, relacionados con el municipio de Petilla de Aragón (historia, arte, medio físico y natural) o con la vida y obra de Santiago Ramón y Cajal, para estudiantes de 3º y 4º de Secundaria.

- Premios a las mejores obras artísticas (dibujos, collage, esculturas, fotografías) sobre cualquier aspecto relacionado con el municipio de Petilla de Aragón (paisaje, arte, flora) o con la vida y la obra de Santiago Ramón y Cajal, para personas jubiladas o prejubiladas.

- Premios a los mejores trabajos escritos, originales e inéditos, relacionados con el municipio de Petilla de Aragón (historia, arte, medio físico y natural) o con la vida y obra de Santiago Ramón y Cajal, para personas jubiladas o prejubiladas.

Los trabajos se pueden presentar en lengua castellana o en euskera (en este último caso, con su correspondiente versión en castellano), mediante correo certificado enviado al Ayuntamiento de la localidad (plaza de Navarra s/Nº, 50686 Petilla de Aragón) o en el registro de Educación (c/ Santo Domingo, Nº8, 31001 Pamplona).

Se concederán dos premios por modalidad. El primero está valorado con 350 euros y el segundo con 250 euros. Además, se entregará un obsequio relacionado con Ramón y Cajal a cada uno de los participantes en el certamen.

El resultado del concurso se notificará a las personas ganadoras antes del 19 de abril. La entrega de los premios tendrá lugar en un acto público que se celebrará en la Casa Museo de Santiago Ramón y Cajal, en Petilla de Aragón.
(Fuente: www.navarra.es)

En campaña




Yolanda Barcina, alcaldesa de Pamplona por 3 períodos consecutivos, visitó nuestro pueblo en calidad de candidata a la presidencia del Gobierno de Navarra.
Espero que si es beneficiada en las urnas, esta foto que publico se repita a menudo y que no quede como anécdota de una campaña en la cual recorrió los pueblos sólo para recolectar votos sino para saber la problemática de cada uno de ellos y, de esa forma, poder ayudarlos.
Las elecciones se celebrarán el 22 de mayo.

SALIDA MONTAÑERA: VUELTA A NAVARRA (PETILLA DE ARAGON)

Programa
Fecha de inicio: 29-01-2011
Fecha fin: 29-01-2011
Horario: 6:00h
Lugar: Petilla de Aragón
Venta
Precio: Consultar enlace web
Teléfono: 943631484

Web http://www.irungomendizaleak.com/
Irungo Mendizaleak


Observaciones: Saldremos y terminaremos en la Villa de PETILLA de ARAGÓN, enclavada en Aragón pero perteneciente a Navarra. En esta tierra de unos 50 habitantes y 30 kms cuadrados de bosque y campos de labranza, nació el investigador médico Santiago Ramón y Cajal, premio nobel de Medicina en 1906.

Cogeremos una G.R. que se dirige hacia Sos del Rey Católco. Los primeros 900 m. los haremos por un atajo hasta llegar a una carretera asfaltada. Después de 1 km. de asfalto cogeremos una pista a la izquierda que se convertirá en sendero.

Abandonaremos la G.R. y comenzaremos a ganar altura con tramos de campo a través, de sendero y de alguna pista hasta llegar al PORTILLO de los BAZTANESES (960m.). Un nuevo sendero nos llevará hasta el primer aerogenerador. Durante una hora pasaremos junto a los otros 49 aerogeneradores.

Desde el último aerogenerador, en el Km. 13, cogeremos una pista durante 1 km., para luego meternos en un cortafuegos con una bajada muy pronunciada. LLegaremos a una pista en la que volveremos a ver las marcas del G.R.

Cruzaremos la pista y nos encontramos con una subida de unos 500 m., con los 100 m. primeros bastante durillos. Al final del repecho, bordearemos una gran roca caliza por su lado derecho.

Un pequeño descenso por un cortafuegos y junto a la alambrada que hace de muga entre Navarra y Zaragoza, nos llevará a una pista. Tras 1 hora de caminata entraremos de nuevo en PETILLA DE ARAGON.

Distancia: 22,3 kms

Don Santiago Ramón y Cajal, en sus palabras

Capítulo primero
Mis padres, el lugar de mi nacimiento y mi primera infancia
Nací el 1.º de mayo de 1852 en Petilla de Aragón, humilde lugar de Navarra, enclavado por singular capricho geográfico en medio de la provincia de Zaragoza, no lejos de Sos.1 Los azares de la profesión médica llevaron a mi padre, Justo Ramón Casasús, aragonés de pura cepa, y modesto cirujano por entonces, a la insignificante aldea donde vi la primera luz, y en la cual trascurrieron los dos primeros años de mi vida.


Fue mi padre un carácter enérgico, extraordinariamente laborioso, lleno de noble ambición. Apesadumbrado en los primeros años de su vida profesional, por no haber logrado, por escasez de recursos, acabar el ciclo de sus estudios médicos, resolvió, ya establecido y con familia, economizar, a costa de grandes privaciones, lo necesario para coronar su carrera académica, sustituyendo el humilde título de Cirujano de segunda clase con el flamante diploma de Médico -cirujano.

Sólo más adelante, cuando yo frisaba en los seis años de edad, dio cima a tan loable empeño. Por entonces (corrían los años de 1849 y 1850), todo su anhelo se cifraba en llegar a ser cirujano de acción y operador de renombre; y alcanzó su propósito, pues la fama de sus curas extendiose luego por gran parte de la Navarra y del alto Aragón, granjeando con ello, además de la satisfacción de la negra honrilla, crecientes y saneadas utilidades.


El partido médico de Petilla era de los que los médicos llaman de espuela; tenía anejos, y la ocasión de recorrer a diario los montes de su término, poblados de abundante y variada caza, despertó en mi padre las aficiones cinegéticas, dándose al cobro de liebres, conejos y perdices, con la conciencia y obstinación que ponía en todas sus empresas. No tardó, pues, en monopolizar por todos aquellos contornos el bisturí y la escopeta.

Con los ingresos proporcionados por el uno y la otra, pudo ya, cumplidos los dos años de estada en Petilla, comprar modesto ajuar y contraer matrimonio con cierta doncella paisana suya, de quien hacía muchos años andaba enamorado. Era mi madre, al decir de las gentes que la conocieron de joven, hermosa y robusta montañesa, nacida y criada en la aldea de Larrés, situada en las inmediaciones de Jaca, casi camino de Panticosa. Habíanse conocido de niños (pues mi padre era también de Larrés), simpatizaron e intimaron de mozos y resolvieron formar hogar común, en cuanto el modesto peculio de entrambos, que había de crecer con el trabajo y la economía, lo consintiese.

No puedo quejarme de la herencia biológica paterna. Mi progenitor disponía de mentalidad vigorosa, donde culminaban las más excelentes cualidades. Con su sangre me legó prendas morales, a que debo todo lo que soy: la religión de la voluntad soberana; la fe en el trabajo; la convicción de que el esfuerzo perseverante y ahincado es capaz de modelar y organizar desde el músculo hasta el cerebro, supliendo deficiencias de la Naturaleza y domeñando hasta la fatalidad del carácter, el fenómeno más tenaz y recalcitrante de la vida. De él adquirí también la hermosa ambición de ser algo y la decisión de no reparar en sacrificios para el logro de mis aspiraciones, ni torcer jamás mi trayectoria por motivos segundos y causas menudas. De sus excelencias mentales, faltome, empero, la más valiosa quizá: su extraordinaria memoria. Tan grande era que, cuando estudiante, recitaba de coro libros de patología en varios tomos, y podía retener, después de rápida audición, listas con cientos de palabras nombradas al azar. Con ser grande su retentiva natural u orgánica, aumentábala todavía a favor de ingeniosas combinaciones mnemotécnicas que recordaban las tan celebradas y artificiosas del abate Moigno.

Para juzgar de la energía de voluntad de mi padre, recordaré en breves términos su historia. Hijo de modestos labradores de Larrés (Huesca), con hermanos mayores, a los cuales, por fuero de la tierra, tocaba heredar y cultivar los campos del no muy crecido patrimonio, tuvo que abandonar desde muy niño la casa paterna, entrando a servir de mancebo a cierto cirujano de Javierre de Latre, aldea ribereña del Gállego, no muy lejana de Anzánigo.

Otro que no hubiese sido el autor de mis días, habría acaso considerado su carrera como definitivamente terminada, o hubiera tratado de obtener como ideal y remate de sus ambiciones académicas el humilde título de ministrante; pero sus aspiraciones rayaban más alto. Las brillantes curas hechas por su amo; la lectura asidua de cuantos libros de cirugía encontraba (de que había copiosa colección en la estantería del huésped); el cuidado y asistencia de los numerosos enfermos de cirugía y medicina que su patrón, conocedor de la excepcional aplicación del mancebo, le confiaba, despertaron en él vocación decidida por la carrera médica.

Resuelto, pues, a emanciparse de la modestia y estrechez de su situación, cierto día (frisaba ya en los veintidós años) sorprendió a su amo con la demanda de su modesta soldada. Y despidiéndose de él, y en posesión de algunas pesetas prestadas por sus parientes, emprendió a pie el viaje a Barcelona, en donde halló por fin, tras muchos días de privación y abandono (en Sarriá), cierta barbería cuyo maestro le consintió asistir a las clases y emprender la carrera de cirujano.

A costa, pues, de la más absoluta carencia de vicios, y sometiéndose a un régimen de austeridad inverosímil, y sin más emolumentos que el salario y los gajes de su mancebía de barbero, logró mi padre el codiciado diploma de cirujano, con nota de Sobresaliente en todas las asignaturas, y habiendo sido modelo insuperable de aplicación y de formalidad. Allí, en esa lucha sorda y obscura por la conquista del pan del cuerpo y del alma, respirando esa atmósfera de indiferencia y despego que envuelve al talento desvalido, aprendió mi padre el terror de la pobreza y el culto, un poco exclusivo, de la ciencia práctica, que más tarde, por reacción mental de los hijos, tantos disgustos había de proporcionarle y proporcionarnos.

Años después, casado ya, padre de cuatro hijos y regentando el partido médico de Valpalmas (provincia de Zaragoza), alcanzó el ansiado ideal, graduándose de doctor en Medicina. Cuento estos sucesos de la biografía de mi padre porque, sobre ser honrosísimos para él, constituyen también antecedentes necesarios de mi historia. Prescindiendo de la influencia hereditaria, es innegable que las ideas y ejemplos paternos representan normas decisivas de la educación de los hijos, y causas, por tanto, principalísimas de los gustos e inclinaciones de los mismos.


De mi pueblo natal, así como de los años pasados en Larrés y Luna (partidos médicos regentados por mi padre desde los años 1850 a 1856), no conservo apenas memoria. Mis primeros recuerdos, harto vagos e imprecisos, refiérense al lugar de Larrés, al cual se trasladó mi progenitor dos años después de mi nacimiento, halagado con la idea de ejercer la profesión en su pueblo natal, rodeado de amigos y parientes. Esas brumosas remembranzas tienen por escenario el taller de tejedor de mi abuelo materno, a quien, barajando hilos y lanzaderas, di hartas desazones. Porque al decir de mis parientes, era yo entonces un diablillo inquieto, voluntarioso e insoportable. En Larrés nació mi hermano Pedro, actual catedrático de la Facultad de Medicina de Zaragoza.


Cierta travesura cometida cuando yo tenía tres o cuatro años escasos, pudo atajar trágicamente mi vida. Era en la villa de Luna (provincia de Zaragoza).

Hallábame jugando en una era del ejido del pueblo, cuando tuve la endiablada ocurrencia de apalear a un caballo; el solípedo, algo loco y resabiado, sacudiome formidable coz, que recibí en la frente; caí sin sentido, bañado en sangre, y quedé tan malparado, que me dieron por muerto. La herida fue gravísima; pude, sin embargo, sanar, haciendo pasar a mis padres días de dolorosa inquietud. Fue ésta mi primera travesura; luego veremos que no debía ser la última.

(1) En el Diccionario Geográfico de Madoz hallamos la explicación de esta curiosidad topográfica. El pueblo de Petilla perteneció a la Corona de Aragón, pero en 1209 D. Pedro de Aragón lo empeñó como garantía de deudas contraídas, a D. Sancho el Fuerte de Navarra, y en 1231, no pudiendo pagar sus débitos, D. Jaime I lo cedió definitivamente a la Monarquía navarra.

Capítulo II
Excursión tardía a mi pueblo natal.— La pobreza de mis paisanos.— Un pueblo pobre y aislado que parece símbolo de España

Aun cuando trunque y altere el buen orden de la narración, diré ahora algo de mi aldea natal, que, conforme dejo apuntado, abandoné a los dos años de edad. De mi pueblo, por tanto, no guardo recuerdo alguno. Además mis relaciones ulteriores con el nativo lugar no han sido parte a subsanar esta ignorancia, puesto que se han reducido solamente a solicitar, recibir y pagar serie inacabable de fées de bautismo. Carezco, pues, de patria chica bien precisada (en virtud de la singularidad ya mentada de pertenecer Petilla a Navarra, no obstante estar enclavada en Aragón). Contrariedad desagradable de haberme dado el naipe por la política; pero ventaja para mis sentimientos patrióticos, que han podido correr más libremente por el ancho y generoso cauce de la España plena.

Así y todo, y después de confesar que mi amor por la patria grande supera, con mucho, al que profeso a la patria chica, he sentido más de una vez vehementes deseos de conocer la aldehuela humilde donde nací. Deploro no haber visto la luz en una gran ciudad, adornada de monumentos grandiosos e ilustrada por genios; pero yo no pude escoger, y debí contentarme con mi villorrio triste y humilde, el cual tendrá siempre para mí el supremo prestigio de haber sido el teatro de mis primeros vagidos y la decoración austera con que la Naturaleza hirió mi retina virgen y desentumeció mi cerebro.

Impulsado, pues, por tan naturales sentimientos, emprendí, hace diez y ocho años, cierto viaje a Petilla. Después de determinar cuidadosamente su posición geográfica (que fue arduo trabajo) y de estudiar el enrevesado itinerario (tan escondido y fuera de mano está mi pueblo), púseme en camino. Mi primera etapa fue Jaca; la segunda, Verdún y Tiermas (villa ribereña del Aragón, célebre por sus baños termales), y la tercera y última, Petilla.

Hasta Verdún y Tiermas existe hermosa carretera, que se recorre en los coches que hacen el trayecto de Jaca a Pamplona; pero la ruta de Tiermas a Petilla, larga de tres leguas, es senda de herradura; flanqueada por montes escarpadísimos, cortada y casi borrada del todo, en muchos parajes, por ramblas y barrancos.

Caballero en un mulo, y escoltado por peatón conocedor del país, púseme en camino cierta mañana del mes de agosto. En cuanto dejamos atrás las relativamente verdes riberas del Aragón, aparecióseme la típica, la desolada, la tristísima tierra española. El descuaje sistemático de los bosques había dejado las montañas desnudas de tierra vegetal. Sabido es que en estas tristes comarcas cada aguacero, en vez de ser grata esperanza del agricultor, constituye trágica amenaza. Precisamente dos días antes ocurrió tormenta devastadora. Campos antes fecundos aparecían cubiertos de légamo arcilloso; y la denudación de valles y laderas había convertido ríos y arroyos en barrancos y pedregales.

A medida que me aproximaba a la aldea natal, apoderábase de mí inexplicable melancolía, y que llegó al colmo cuando me hizo escuchar el guía el tañido de la campana, tan extraña a mi oído, como si jamás lo hubiera impresionado.

No dejaba, en efecto, de ser algo singular mi situación sentimental. Al regresar al pueblo natal, todos los hombres saborean anticipadamente el placer de abrazar a camaradas de la infancia y adolescencia; alegra su espíritu el grato recuerdo de comunes placeres y travesuras; todos, en fin, ansían recorrer las calles, la iglesia, la fuente y los alrededores del lugar, en los cuales cada árbol y cada piedra evoca una emoción o un recuerdo agradable. «Yo sólo —me decía— tendré el triste privilegio de hallar a mi llegada por único recibimiento la curiosidad, acaso algo hostil, y la frialdad de los corazones. Nadie me espera, porque nadie me conoce.»

Y sin embargo, me engañaba. El cura y el Ayuntamiento habían barruntado mi visita y me aguardaban en la plaza del pueblo. Y hubo además un episodio conmovedor. Al pie del altozano, coronado por la aldea, cierta anciana, que no tenía la menor noticia de mi excursión, y que se ocupaba en lavar ropa a la vera de un arroyo, volvió de pronto el rostro, dejó su faena y, encarándose conmigo y mirándome de hito en hito, exclamó: «¡Señor!... Si usted no es don Justo en persona, tiene que ser el hijo de don Justo ¡Es milagroso!... ¡La misma cara del padre!... ¡No me lo niegue usted! ¿Vive aún la señora Antonia? ¡Qué buena y qué hermosa era!...»1

Felicité a la pobre anciana por su admirable memoria y excelentes sentimientos, y dejando en sus manos una moneda, continué mi ascensión a Petilla.

Es Petilla uno de los pueblos más pobres y abandonados del alto Aragón, sin carreteras ni caminos vecinales que lo enlacen con las vecinas villas aragonesas de Sos y Uncastillo, ni con la más lejana de Aoiz, cabeza del partido a que pertenece. Sólo sendas ásperas y angostas conducen a la humilde aldehuela, cuyos naturales desconocen el uso de la carreta.

Álzase aquél casi en la cima de enhiesto cerro, estribación de próxima y empinada sierra, derivada a su vez, según noticias recogidas sobre el terreno, de la cordillera de la Peña y de Gratal. El panorama, que hiere los ojos desde el pretil de la iglesia, no puede ser más romántico y a la vez más triste y desolado. Más que asilo de rudos y alegres aldeanos, parece aquello lugar de expiación y de castigo. Según mostramos en el adjunto grabado, una gran montaña, áspera y peñascosa, de pendientes descarnadas y abruptas, llena con su mole casi todo el horizonte; a los pies del gigante y bordeando la estrecha cañada y accidentado sendero que conduce al lugar, corre rumoroso un arroyo nacido en la vecina sierra; los estribos y laderas del monte, única tierra arable de que disponen los petillenses, aparecen, como rayados por infinidad de estrechos campos dispuestos en graderías, trabajosamente defendidos de los aluviones y lluvias torrenciales por robustos contrafuertes y paredones; y allá en la cumbre, como defendiendo la aldea del riguroso cierzo, cierran el horizonte y surgen imponentes colosales peñas a modo de tajantes hoces, especie de murallas ciclópeas surgidas allí a impulso de algún cataclismo geológico. Al amparo de esta defensa natural, reforzada todavía por castillo feudal actualmente en ruinas, se levantan las humildes y pobres casas del lugar, en número de cuarenta a sesenta, cimentadas sobre rocas y separadas por calles irregulares cuyo tránsito dificultan grietas, escalones y regueros abiertos en la peña por el violento rodar de las aguas torrenciales. Al contemplar tan mezquinas casuchas, siéntese honda tristeza. Ni una maceta en las ventanas, ni el más ligero adorno en las fachadas, nada, en fin, que denote algún sentido del arte, alguna aspiración a la comodidad y al confort. Bien se echa de ver, cuando se traspasa el umbral de tan mezquinas viviendas, que los campesinos que las habitan gimen condenados a una existencia dura, sin otra preocupación que la de procurarse, a costa de rudas fatigas, el cotidiano y frugalísimo sustento. Desgraciadamente, no es mi pueblo una excepción de la regla; así viven también, con leves diferencias, la inmensa mayoría de nuestros aldeanos. Su ignorancia es fruto de su pobreza. Para ellos no existen los placeres intelectuales que tan agradable hacen la vida y cuya brevedad compensan.


¡Oh, los heroicos labriegos de nuestras mesetas esteparias!... Amémosles cordialmente. Ellos han hecho el milagro de poblar regiones estériles, de las cuales el orondo francés o el rubicundo y linfático alemán huirían como de peste. Y, de pasada, rechacemos indignados la brutal injusticia con que ciertos escritores franceses, italianos, ingleses y alemanes, y en general los felices habitantes de los países de yerba, desprecian o desdeñan a los amojamados, cenceños, tostados, pero enérgicos pobladores de las austeras mesetas castellanas, extremeña y aragonesa, como si esos humildes labriegos tuvieran la culpa de haber visto la luz bajo un sol de fuego y bajo un cielo implacablemente azul la mitad del año.

Pero arrastrado por mis pensamientos, olvido hablar de la visita a mi pueblo. Diré, pues, que a mi llegada fui recibido con grandes agasajos por el ecónomo, a quien el párroco, residente en otro lugar y sabedor de mi visita, habíame recomendado. Fina y generosa hospitalidad dispensáronme también diversas personas, particularmente algunos ancianos que se acordaban de mi padre, con quien me encontraban sorprendente parecido. Complacíanse todos en mostrarme su buena voluntad y en colmarme de agasajos que yo agradecí cordialmente. Y para hacer agradable mi breve estancia allí, concertáronse algunas jiras campestres. Recuerdo entre ellas: la exploración de las ruinas del vetusto castillo; la jira a los seculares bosques de la vecina sierra, y la visita a modesta ermita, situada a corta distancia del pueblo, tenida en gran devoción, y en cuyas inmediaciones se extiende florido y deleitoso oasis, donde hubimos de reconfortarnos con suculenta y bien servida merienda. Mostráronme, también, la humilde casa en que nací, fábrica ruinosa casi abandonada, albergue hoy de gente pordiosera y trashumante.2 Algunas ancianas del lugar, que se ufanaban bondadosamente de haberme tenido en sus brazos, recordáronme la robustez de mis primeros meses, la incansable laboriosidad de mi madre y las hazañas quirúrgicas y cinegéticas de mi padre, cuya fama de Nemrod duraba todavía.

Al despedirme de los rudos pero honrados montañeses, mis paisanos, oprimióseme el corazón: había satisfecho un anhelo de mi alma, pero llevábame una gran tristeza. Cierta voz secreta me decía que no volvería más por aquellos lugares;que aquella decoración romántica que acarició mis ojos y mi cerebro al abrirse por primera vez al espectáculo del mundo no impresionaría nuevamente mi retina; que aquellas manos de ancianos, enoblecidas con los honrosos callos del trabajo, no volverían a ser estrechadas con efusión entre las mías.


Fuente: http://cvc.cervantes.es/

Veinticinco navarros fuera del mapa

CUANDO Santiago Ramón y Cajal ganó en 1906 el Premio Nobel de Medicina, Petilla de Aragón tenía más de cuatrocientos habitantes. Hoy son sólo 25, según el censo de 2009 del Instituto Nacional de Estadística, 14 de ellos mayores de 65 años y ninguno por debajo de los 20. La despoblación y la falta de relevo generacional es la mayor preocupación del alcalde, Paulino Rived, para quien la supervivencia del pueblo pasa por mantener al menos tres familias que vivan y trabajen allí.

Petilla de Aragón es un pueblo conocido por su peculiaridad geográfica, pero a la vez permanece ajeno para muchos navarros. Su término, de 28 kilómetros cuadrados, se reparte en dos enclaves, Petilla y Bastanes, incrustados en las Cinco Villas aragonesas, a 71 kilómetros de Pamplona y 27 de Sangüesa. "Nuestra historia ha sido muy difícil, siempre luchando; somos hijos de una madre con la que no estamos, pertenecemos a Navarra pero estamos lejos", reflexiona el alcalde, que lleva once años en el puesto y anuncia que ésta será su última legislatura.

La despoblación ha sido brutal, posiblemente la más elevada de Navarra. Sólo en los últimos diez años, Petilla ha perdido casi la mitad de sus vecinos. "Como en tantos pueblos, la gente ha salido a buscar otros horizontes, algunos a Zaragoza, pero la mayoría a Pamplona y a Sangüesa. En los meses más duros del invierno apenas viven en Petilla seis u ocho personas, la gente se retira a segundas viviendas o con los hijos; vuelven los fines de semana y en verano, cuando la población se multiplica por cuatro", explica Rived.

Los pocos petillanos en edad de trabajar lo hacen fuera, sobre todo en Sangüesa. En Petilla sólo hay una ganadería de vacuno y unas 3.500 robadas comunales arrendadas. De la cesión de las hierbas y la tierra, y de los 24 molinos eólicos instalados en el término municipal obtiene el Ayuntamiento la mayor parte de los ingresos para financiar su gasto ordinario, unos 60.000 euros. Sin embargo, el último presupuesto ascendió a 105.000 euros porque el Consistorio ha realizado inversiones, con las correspondientes subvenciones del Gobierno. "En servicios estamos bien, yo diría que en un ocho sobre diez; la cuestión es qué hacemos con las obras si no tenemos a quién dejárselas", lamenta el alcalde.

A lo largo de los últimos años se han renovado las conducciones de aguas y se ha pavimentado el pueblo, salvo la calle Ramón y Cajal, que está en estudio y Rived espera que "Administración Local lo tenga en cuenta". También se ha renovado el pozo séptico y se ha recuperado el lavadero. Se ha acondicionado el interior y el exterior del Museo Ramón y Cajal, el paseo de la Paz y los balcones del Barrio Alto y del Barrio Bajo. A Petilla ha llegado la conexión a Internet y se ha instalado un sistema de videovigilancia de espacios públicos conectada a la comisaría de la Policía Foral de Sangüesa. De momento se han instalado cámaras en la plaza, y continuarán en otros lugares. "Hasta ahora no hemos tenido problemas pero por ejemplo en la parroquia hay reliquias del siglo XIII y nos da un poco de miedo", reconoce Rived.

A finales del año pasado se inauguró el hostal rural, que el Gobierno subvencionó con 117.000 euros sobre un presupuesto de 183.000.
Paulino Rived tiene puestas muchas esperanzas en esta pequeña dotación turística: "Puede parecer ridículo, pero para nosotros es muy importante crear dos puestos de trabajo en el pueblo". El hostal cuenta con cuatro habitaciones dobles, con baño y televisor, salón comedor y bar. "Se trata de recoger a todos los visitantes, porque a Petilla llegan turistas, y también a los vecinos del pueblo", asegura el alcalde.

A pesar de su escasa población, Petilla de Aragón no tiene mayores problemas de dotaciones, según Rived. El Ayuntamiento forma parte de la Mancomunidad de la Comarca de Sangüesa y de Cederna-Garalur, lo que le garantiza los servicios básicos. La atención sanitaria se presta también desde Sangüesa y un día a la semana, los lunes, se pasa por Petilla el médico del Servicio Aragonés de Salud que recorre los pueblos próximos, algo que "tenemos que agradecer", asegura Rived. Además, el Gobierno foral anunció que este año construirá un pequeño helipuerto, no sólo para las urgencias sanitarias sino también para otras emergencias como los incendios, habituales en la comarca, como el de esta misma semana en Sos del Rey Católico. En Petilla no olvidan el enorme fuego que entre el 15 y el 23 de julio de 1994 devoró 1.665 hectáreas.

Las comunicaciones por carretera son buenas en la parte correspondiente a Navarra y algo peores en el tramo aragonés. "La carretera está bien, es la autopista del norte según nuestros vecinos, y en cuanto a los cinco kilómetros de Aragón parece que el Gobierno navarro puede interferir para que se mejoren", indica el alcalde. También este mismo año se van a destinar 72.000 euros para terminar el hormigonado de la pista que une Petilla con la carretera de Sos a Uncastillo y que dará otra salida al pueblo hacia Aragón.

ESPECIFICIDAD

Régimen de tutela

Paulino Rived está satisfecho de la atención que se le presta al pueblo desde el Gobierno de Navarra: "No puede ser mejor", asegura. En 1980 se instauró un régimen especial de tutela, teniendo en cuenta sus especiales características, que ahora está en fase de actualización. El año pasado se creó una comisión formada por directores generales de todos los departamentos para aportar medidas concretas. También el Ayuntamiento prepara una propuesta para presentar en Administración Local. Entre las posibilidades en estudio está solicitar la creación de dos o tres puestos de trabajo para mantenimiento de la masa forestal, pistas, etcétera. "No es nada nuevo, en los ochenta ya se crearon diez o doce empleos, y el Ayuntamiento colaboraría con los recursos que le sobren. La cuestión es fijar población en el pueblo", dice Paulino Rived.


Fuente: www.despoblacion.blogia.com

La consejera Kutz inaugura en Petilla de Aragón una jornada científica sobre neurociencias





Organizado por el Departamento de Salud, ha tenido por objeto analizar el presente y futuro de la investigación en la materia




La consejera de Salud, María Kutz Peironcely, acompañada por el alcalde de Petilla de Aragón, Paulino Rived Murillo, ha inaugurado en la tarde del 9 de septiembre de 2010 en este municipio una jornada científica sobre neurociencias, que bajo el título de “Neurociencias, una cita de futuro” se ha celebrado en la casa natal de Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina en 1906, que es considerado el padre de la neurología.

En la apertura de la reunión, la consejera Kutz ha destacado -en relación al médico navarro- que la presencia de los científicos y del Departamento de Salud en Petilla de Aragón supone “la aceptación de un legado, de un compromiso que nace en este pueblo de Navarra con la investigación, la excelencia médica y la atención a los pacientes”.

La reunión, organizada por el Departamento de Salud, ha tenido por objeto recordar la figura de Santiago Ramón y Cajal, y analizar el presente y el futuro de la investigación en neurociencias. Para ello, se ha expuesto la experiencia de tres doctores que desarrollan su labor investigadora en Navarra.

El primer ponente ha sido Jaime Gállego Culleré, del Servicio de Neurología del Complejo Hospitalario de Navarra, quien ha hablado de la neurología en el siglo XXI. Posteriormente, ha intervenido Eduardo Martínez Vila, de la Clínica Universitaria de Navarra, para abordar la investigación neurovascular. Finalmente, ha tomado la palabra Rafael Franco, del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), cuya conferencia ha tratado sobre la investigación en neurociencias.





( Fuente: Diario de Navarra)







Petilla + Invierno= Nieve

Fotos gentileza Félix Sánchez Aguas

Según pasan los años

Década del 50
Los aquí presentes:

Nº 1 Máximo Rived
Nº 2 Pedro Sevilla
Nº 3 Fernando Sanchez Gastón
Nº 4 Félix Aguas
Nº 5 Pedro Jiménez
Nº 6 Pedro Pérez (Pucheros) Dueño del Bar P.P.
Nº 7 Bernabé Zarranz
Nº 8 Fidel Abadía
Nº 9 Antonio Sánchez de Casa Andrés
Nº 10 Benjamín Sevilla
Nº 11 Pedro Sánchez Gastón
Nº 12 Jesús Sanchez del Molinero
Nº 13 José Antonio Iriarte
Nº 14 Máximo Murillo
Nº 15 Cristino Pérez
Nº 16 Victor Escagües
Nº 17 Francisco Jiménez Ventura
Nº 18 Serafín Jiménez
Nº 19 Benigno Jiménez
Nº 20 Pedro de Mariantonia

Datos colaboración Félix Sánchez Aguas

Década del 60

Si alguien tiene datos sobre los retratados, por favor mándenmelos para agregarlos en la entrada. Gracias.

Fotos colaboración Joaquín Sancho Jiménez

Petilla de Aragón reconvierte las antiguas escuelas en un hostal

Buena parte de los 29 vecinos de Petilla de Aragón, con su alcalde, Paulino Rived, a la cabeza, no quisieron perderse ayer la inauguración del nuevo hostal rural de la localidad. Lleva el nombre de su vecino más ilustre, el premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, cuenta con 8 plazas de capacidad y se ubica en el edificio de las antiguas escuelas, que ha sido reformado.
Las obras han supuesto un coste de 183.427 euros, y el consistorio contó con una subvención de 110.056 euros de Cultura y Turismo, y otra de 7.238 euros de Administración Local. Ahora, el ayuntamiento sacará a concurso la gestión del hostal, que dispone de 4 habitaciones dobles, una sala de estar, un bar-comedor y una cocina. "Era una infraestructura de la que carecíamos para acoger al visitante", dijo el alcalde.

En la inauguración del nuevo hostal estuvieron presentes, además de vecinos y alcaldes de municipios cercanos, el presidente Sanz; los consejeros de Cultura y Administración Local, Juan Ramón Corpas y Amelia Salanueva; y directores generales de varios departamentos del Gobierno.

Previamente, se había celebrado una nueva reunión de la comisión interdepartamental del Ejecutivo que persigue actualizar el régimen especial de tutela de Petilla, de 1980. Se trata de un municipio navarro singular, al estar enclavado en territorio aragonés, a 28 km de Sangüesa.

"Agradezco la presencia del Gobierno una vez más aquí, en este caso incluso con su presidente. Confío en que no nos van a dejar solos, pero seguiré siendo reiterativo en mis peticiones para mejorar nuestra calidad de vida, y para que Petilla sea conocida", aseguró el primer edil, Paulino Rived. Sanz, por su parte, comentó que "se van a acometer actuaciones y acercar servicios al margen de su número de habitantes".

Medidas previstas

En la reunión de ayer se plantearon algunas medidas previstas. Desde el departamento de Salud, por ejemplo, se propuso celebrar en 2010 una jornada de neurociencias, y Educación propondrá a colegios incluir este enclave como destino para actividades extraescolares. Vivienda, junto con Vinsa, estudia la construcción de unas 5 VPO para asentar población.

Cultura, además del apoyo al hostal, promocionará la localidad y su museo de la casa de Ramón y Cajal. Desarrollo Rural apuntó que este año se han realizado trabajos en pistas por 34.000 euros, que se continuarán en 2010 (otros 77.500 euros). También se estudiará el uso de biomasa forestal local para calentar edificios. Este departamento, con Administración Local, impulsará incluir Petilla en la zona denominada Sierras de la Navarra Media oriental, para integrarla en el primer Programa de Desarrollo Rural Sostenible.

Interior apuntó que se han instalado un sistema de videovigilancia en espacios públicos e intensificado el patrullaje preventivo de la Policía Foral, y que se prevén acciones como la elaboración de un Plan local de seguridad ciudadana. Innovación, junto con Endesa, contempla mejorar la línea eléctrica Isuerre-Petilla, y Obras Públicas continuará con labores de mantenimiento de la carretera.
(Fuente: Diariodenavarra.es 28/10/09)

Nevada del 22/01/09

Fotos gentileza Leyre Abadía

Fiestas Patronales

8 de Septiembre de 2008


No fue un día más en Petilla de Aragón. Todo comenzó muy temprano con los niños jugando en los inflables (En la foto: Alvaro, el mejor OSASUNISTA, con sus amigos) y los jóvenes se reunieron para comentar las cosas que le ocurrieron durante todo el tiempo que estuvieron sin verse. Otros, compartieron el día en familia, como Alvaro, después de jugar, junto a una amiga y a Marcos; Sagrario, Pedrito, Marisa, Lucy, Puri y Félix.
Puri Sánchez Aguas, finalmente, ponía orden en la cocina.
Fue así como llegó la noche y comenzó la celebración. En un principio, posando para las fotos, y después, cómo no, tomando (Leyre) y comiendo (Alvaro) , como corresponde.
Al terminar el banquete, había que sacarse fotos para recordar el momento, fue así como posaron delante de la cámara: Javier, Leyre y Manolo; Manolo y Esther; Manolo, Esther y María; Manolo, Esther, Javier y Leyre; Manolo, Alvarico y Esther; Sagrario, Leyre y Marcos; Maria y Javier; Maria, Alvaro y Leyre.
Habiendo dejado ya un documento para la posteridad, comenzó la música en la voz y la guitarra de Pedro Sánchez Aguas y la diversión, como lo demuestra la gente que está sentada a la mesa.
También hubo gente que no se resistió a bailar como lo hicieron Puri y Pilar.
Al llegar la madrugada, muchos siguieron tomando (Fernando y Esther; María y Esther) y otros, sentados (Florencio, Puri,Mari Flor y Luis), descansaban de un día agotador. No faltó a quien tuvieron que llevarlo a casa entre varios por la condicion en la que se encontraba (Gabriel y Domingo llevando a Florencio).
Muchas gracias Félix Sánchez Aguas (Última foto) por haber colaborado una vez más para mantener actualizado mi blog.

Nieve en primavera

Estas fotos las puedo publicar gracias a la amabilidad de mi corresponsal en Petilla,Félix Sánchez Aguas.
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Sixto Samitier

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